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Todos los Santos

Todos los Santos

El mes de Noviembre celebramos la fiesta de todos los santos y recordamos a nuestros seres queridos con todo tipo de manifestaciones y ritos.

Tras varios años en la recepción del centro social San Antonio, he tenido la suerte de conocer diferentes personas que por ley de vida han pasado a gozar del descanso eterno.

La otra mañana, como todos los días, me desplazaba hasta mi puesto de trabajo y me llamó la atención una imagen. Las floristerías del barrio estaban llenas de gente para comprar flores de todo tipo y todos los tamaños para llevarlas a los cementerios de sus seres queridos. Tras esta imagen vino a mi cabeza el recuerdo de diferentes usuario/as que por diferentes situaciones fueron usuarios de este centro y ya han pasado a gozar de la vida eterna.

Me empezaron a venir preguntas
¿Quién llevara flores a Pascual?
Que durante tantos años durmió debajo del puente con la única compañía de su cartón de vino. Y durante todo ese tiempo vino  a comer a el centro social.
¿Se acordara alguien de José Antonio?
Ese señor con una gran barba blanca que apenas decía buenos días cuando llegaba al centro y que dormía entre cartones en el último banco del parque cuando le alcanzo la muerte.
¿Y de Erik?
Ese señor con un tono de voz peculiar que transmitía con existencia que él había estado enamorado ciegamente de su mujer y todo se torció en su vida cuando falleció... ¿Le  recordarán sus hijos...?

La Muerte, como decía San Francisco de Asís, “La hermana muerte de la cual ningún hombre viviente puede escapar”.
Nos alcanza a todos, pero en estos días recuerdo especialmente a  las personas sin hogar, con las que comparto parte de mí día a día. Estas personas fueron en vida personas sin hogar, personas todas ellas con grandes sueños, con más o menos ganas de vivir, con ganas de reír, pero la vida no se lo puso fácil.

Probablemente eligieron el camino erróneo, quizás cayeron en el pozo más inesperado o quizás cayeron presos de la mayor adición que podían imaginar. Pero no por eso dejaron de ser personas mereciendo una dignidad.

Por eso hoy tras estas líneas quiero recordar a tantos  hombres y mujeres que viven y mueren en la sombra de todo su alrededor. Personas que durante su vida terrenal no lo tuvieron fácil o hicieron una mala elección. Seguro que en esa vida que ya disfrutan , por fin tienen todas sus necesidades cubiertas . Estoy seguro de que es un gran hogar en el que forma parte todo el mundo y nadie es más que nadie .De ese gran hogar seguro que nadie se siente excluido y es digno de todos /as. Por eso hoy les dedico estas líneas y los recuerdo con cariño y afecto.