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Rosa

Rosa

Hace ya un tiempo que conozco a Rosa, ella vive actualmente en el Hogar San Francisco de Zaragoza. El hogar, es un recurso residencial pensado para mujeres en situación de cierta vulnerabilidad y que requieren de un espacio de vivienda temporal en el paso a la emancipación.

Como nos vemos frecuentemente cuando viene al Centro social San Antonio, va cogiendo confianza y cada día cuenta algo de su historia personal. Pero últimamente habla mucho del Hogar san Francisco, sus peculiaridades y lo a gusto que se siente viviendo allí.

Rosa es una mujer que llegó aquí hace aproximadamente un año. Ella ha sufrido mucho y carga con su particular mochila llena de dramas (al igual que otros usuarios). Acudió a nosotros, le atendieron las trabajadoras sociales, y fue así como terminó viviendo en el Hogar San Francisco. Ahora se encuentra mucho mejor, más arropada y capacitada para superar sus baches. 

Cuenta que este Hogar es un alojamiento diferente, y dice satisfecha que ella siente que es un gran Hogar. En él habitan actualmente 12 mujeres, cada una con su propia historia, con edades comprendidas entre los 20 y los 65 años. Mujeres de diferentes nacionalidades y con culturas distintas. También cuenta que la convivencia es como en la de cualquier familia y que están acompañadas por la trabajadora social y las voluntarias. Es por esto por lo que ella se siente tan arropada y por lo que dice que ahora sí que tiene un hogar.

Además de todo esto me hace otras confidencias como que cada lunes se reúnen para poner en común percances, anécdotas y las buenas noticias que puedan suceder en el día a día. Lo que más destaca de todo y lo muestra con franqueza su gran sonrisa, es la mesa compartida. A la hora de comer es el gran momento donde se cuentan “sus cosas”, lo que les ha ocurrido, sus proyectos, etc. Y me cuenta: “son esos ratos los que nos hacen sentir acompañadas realmente y que en verdad formamos parte de un grupo al que se le puede llamar familia”.


Ya lo he mencionado anteriormente, pero una parte muy importante para el funcionamiento de esta Hogar son las voluntarias que cada día acompañan este proyecto regalando su tiempo, ayudando a estas mujeres aportando acogida, cariño, cercanía y valores. Este Hogar, gestionado por Sercade desde el Centro Social San Antonio, se ha convertido en un lugar especial y no sólo en un sitio donde poder dormir. Porque para poder salir adelante y superar las etapas difíciles de la vida es de vital importancia reforzar la autoestima y sentir que no estamos solos, que hay personas que nos acompañan en el proceso. Y parte de ese proceso se consigue teniendo una vivienda digna, teniendo un HOGAR.