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Ante el Edadismo o Discriminación por Edad

Ante el Edadismo o Discriminación por Edad

Ante el Edadismo o Discriminación por Edad.
¡La vida de los mayores importa!
(Old lives matter)

Numerosas organizaciones especializadas en geriatría y gerontología están denunciando el edadismo, que es la discriminación por causa de la edad, una discriminación hacia los mayores. El edadismo promueve una visión negativa hacia estas personas y se difunde sobre todo a través de los medios de comunicación, mediante la publicidad, series o películas llenas de estereotipos. Se les estigmatiza por no ser ya productivos, por considerarlos ineptos para las nuevas tecnologías; por no ser ya ni parecer jóvenes...

Se da asimismo el curioso fenómeno de que cada vez se rebaja más la edad para considerar a una persona como “mayor”. En muchos casos se considera mayores a quienes tienen 60 años. Incluso hay publicaciones donde se cita como mayores a las personas de 50 años. Sin embargo, curiosamente oímos tratar como jóvenes a quienes tienen ¡¡40 años!!

La marginación social de los mayores implica también que no sean tenidos en cuenta en la marcha y  el desarrollo de la sociedad. Es más, parece que se les conduce a reunirse en lugares apartados del resto de las personas, en reductos exclusivos para ellos. ¿Qué serían si no los centros de mayores? o ¿cómo considerar los hogares del pensionista?

Se difunde la idea de que son una carga para la sociedad por el costo de las pensiones y porque el estado gasta mucho dinero en sus cuidados médicos.
Sin embargo, las personas mayores deberían ser consideradas y valoradas como gentes llenas de sabiduría de la vida; personas que han sostenido y sacado adelante esta sociedad con su trabajo durante décadas; personas que con su pensión, sus ahorros o su patrimonio sostienen a hijos y nietos en tiempos de crisis o en el paro; que ayudan en el cuidado de los pequeños o de personas de la familia enfermas...

Conviene estar informados y combatir este fenómeno del edadismo, al que los expertos catalogan como la forma de discriminación más común, banalizada y universal y la única que no puede ser castigada por la ley.

Y así, cada vez más países, incluido el nuestro, han aprobado o están debatiendo una ley de eutanasia. Y habrá quienes vean muy lógico y natural que nuestros mayores queden colocados en la primera fila para que les sea aplicada. Sin ninguna otra razón más que su edad o situación de personas “no productivas”. Pero frente al edadismo:

¡¡La vida de los mayores sí importa!! Old lives matter!